El laboratorio es el punto central de una planta de tintura: aquí, con el apoyo de los equipos más avanzados, se recetan nuevos colores, siempre cumpliendo con las exigencias de cada cliente.
Los encargados controlan y supervisan los procesos de tintura y acabado en el departamento y, a continuación, llevan a cabo todos los controles, como las diferentes pruebas de solidez (lavado, luz, frotamiento), repetibilidad del color y calidad del producto final.